Gesto por la Paz

Régimen penitenciario. Artículo 3. Principios: ‘3. Principio inspirador del cumplimiento de las penas y medidas de seguridad privativas de libertad será la consideración de que el interno está sujeto a derecho y no se halla excluido de la sociedad, sino que forma parte de ella. En consecuencia, la vida en prisión debe tomar como referencia la vida en libertad, reduciendo al máximo los efectos nocivos del internamiento, favoreciendo los vínculos sociales…’

La política de dispersión de los presos de ETA era un sistema de premio y castigo que utiliza la distancia de los centros penitenciarios al País Vasco como herramienta. En realidad, lo sustancial del sistema no es la dispersión (es decir, que los presos de ETA estén separados unos de otros), sino el alejamiento (es decir, el uso de la distancia al País Vasco como castigo añadido para el reo, pero, sobre todo, para sus familiares y entorno). Se planteó como una medida para propiciar la disminución de las presiones del colectivo sobre cada individuo recluso y para supuestamente favorecer la reinserción (con escasos resultados).

Desde el punto de vista de Gesto por la Paz, el carácter legal de este sistema resultaba, cuando menos, dudoso, tal y como lo manifestó en la rueda de prensa del 14 de diciembre de 1994  en la que pidió el acercamiento de los presos por delitos de terrorismo.

En cuanto a su ilicitud, suponía un castigo añadido extrapenitenciario, discrecional y arbitrario y algunas de las prácticas derivadas de él (frecuentes traslados, aislamientos, falta de control sobre la situación y evolución del preso, ruptura de las relaciones con su entorno, etc.) eran criticables.

La aportación de Gesto por la Paz consistió en romper la falsa disyuntiva entre alejamiento (como castigo añadido) y reagrupamiento (con control por parte del colectivo a cada preso individual). Gesto no criticó la dispersión –separación de los presos–, sino el alejamiento, que es lo sustancial de la política descrita. Propuso, por tanto, el concepto del acercamiento, sin olvidar el objetivo de propiciar las condiciones para la reflexión personal de cada preso, que pudiera llevarle a una reinserción.