Las víctimas de la violencia

Una de las primeras comisiones de trabajo específicas que se crearon en Gesto por la Paz fue la de Solidaridad con las Víctimas de la Violencia en 1991. A través de ella, se trataba de conocer y analizar las necesidades de las víctimas y procurar mecanismos de solidaridad de la mayoría de la sociedad contraria a la violencia hacia quienes la sufrían directamente. En 1995, Gesto por la Paz realizó un estudio sobre la realidad de las víctimas a través de una serie de entrevistas. El objetivo era conocer y analizar su situación psicológica, sociológica y jurídica. El descubrimiento más importante fue comprobar la situación de aislamiento, soledad e invisibilidad que padecían. 

El punto de partida sobre el que se trabajó en relación a las víctimas fue el siguiente:

  • Existía una enorme deuda moral adquirida por la sociedad con las víctimas de la violencia por el abandono sufrido durante muchísimos años.
  • Era necesaria una definición de víctima abierta y audaz que incluyera a las víctimas de todo tipo de terrorismos e integrara también a las personas amenazadas y a las víctimas de actuaciones desproporcionadas e ilegítimas de las fuerzas de seguridad en el desarrollo de su actividad antiterrorista. 
  • Resultaban imprescindibles el reconocimiento, solidaridad y memoria, que fueron los tres pilares básicos sobre los que trabajó Gesto por la Paz: 
    • Reconocimiento: Las víctimas habían sufrido una injusticia y eran acreedoras de un reconocimiento basado en su inocencia, puesto que no eran merecedoras de dicha agresión. Era necesario humanizar a la víctima y tener presente que la cualidad de víctima se adquiría exclusivamente por la acción que la convirtió en ello y no por su trayectoria personal.
    • Solidaridad: Era necesario abrir cauces de solidaridad de la ciudadanía hacia las víctimas porque ellas habían sido objeto de un ataque dirigido contra toda la sociedad.
    • Memoria: Todas las víctimas tienen derecho a conocer y a que conozcamos la verdad, a que se haga justicia. De esta manera, lo que les aconteció se incorporaría a la memoria social para que la violencia que padecieron quedara deslegitimada y la convivencia futura pudiera sustentarse sobre las bases de los derechos humanos y de la democracia.
  • Había que reconstruir la convivencia, pero esta reconstrucción no era, en ningún caso, responsabilidad de las víctimas, sino de toda la sociedad en su conjunto. Por ello utilizó el concepto de reconciliación social. Una reconciliación que partiría de la sociedad hacia las víctimas y necesariamente basada en la deslegitimación de la violencia, en reforzar los valores éticos y democráticos y en defender una convivencia desde el máximo respeto a la pluralidad. Se consideró que sólo así las víctimas recuperarían la confianza en la sociedad.
  • En relación al victimario, Gesto por la Paz tuvo muy presente la evolución de éste respecto al delito cometido y a las víctimas causadas. En este sentido, defendió el concepto de reconocimiento del daño causado como criterio fundamental para avanzar en los procesos de reinserción social de los presos/as.
  • Partiendo de las necesidades detectadas, Gesto por la Paz trabajó para que éstas se superaran y acercó las víctimas a la sociedad a través de actos públicos de solidaridad y jornadas.
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Gesto por la Paz
Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria