Gesto por la Paz realizó en todo momento un reconocimiento y una defensa de la pluralidad de la sociedad vasca. Esta pluralidad era un elemento enriquecedor y no un problema que hubiera que superar. Cada uno de los sentimientos identitarios existentes debía tener cabida con la única limitación de que su defensa se hiciera desde el escrupuloso respeto a los derechos humanos y a los principios democráticos.