Actuaciones con las víctimas

Gesto por la Paz desvinculó el reconocimiento que merecían todas y cada una de las víctimas, de un reconocimiento particular por su trayectoria personal previa al momento de convertirse en víctima. El hecho de ser una víctima, no convertía a nadie ni en mejor ni en peor persona; simplemente, había sido objeto de una injusticia irreparable sobre la que la sociedad podía actuar aminorando el dolor causado. Gesto por la Paz sostuvo la necesidad de hacer referencia a su condición de ser humano que implicaba el pleno derecho a vivir. 

A lo largo de toda su trayectoria, Gesto por la Paz desarrolló una serie de actuaciones con objeto de sensibilizar a la ciudadanía de un aspecto que había permanecido oculto durante años: las víctimas. A través de jornadas -especialmente las Jornadas de Solidaridad con las Víctimas que realizó entre  2002 y 2011- y de actos públicos entre los que destacan los Actos de Solidaridad con las Víctimas que se convocaron anualmente entre 2000 y 2011, Gesto acercó la realidad de las víctimas a la sociedad, como paso previo al desarrollo de la solidaridad que requerían.

En las concentraciones silenciosas, los gestos, la referencia a la víctima era clave; no sólo porque en algunos casos, incluso se exhibiera su nombre con la intención de visualizar al ser humano que había sufrido dicha injusticia, sino, además, porque el fin del acto era reivindicar el derecho a la vida.

Además, en las manifestaciones convocadas en torno al 30 de enero, el recuerdo a las víctimas y la defensa a ultranza del derecho a la vida, estaban presentes en todos y cada uno de los comunicados que daban contenido al acto.

Sin embargo, además de estas manifestaciones, se crearon otros actos públicos específicos para visualizar la solidaridad hacia las víctimas. Los actos más destacables fueron los celebrados en fechas cercanas a las navidades.

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Gesto por la Paz
Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria