Gesto por la Paz

Tras la desaparición del Pacto de Ajuria Enea en 1998, se quebró la línea que priorizaba el consenso democrático frente a la violencia respecto a otras cuestiones y se trazó otra que reagrupaba a los partidos según su posicionamiento en relación a la cuestión identitaria. Efectivamente, se creó una gran distanciamiento y tensión entre las opciones políticas nacionalistas y las no-nacionalistas, fundamentalmente tras la firma del Pacto de Lizarra (12/09/1998), que, desde la perspectiva de Gesto, afectaba negativamente, no solo a la manera de abordar el problema del terrorismo, sino también a la propia convivencia social.

 En este contexto, fue significativa la iniciativa llevó a cabo Gesto por la Paz en la manifestación convocada el 26 de febrero de 2000 en Vitoria-Gasteiz tras el asesinato de Fernando Buesa y Jorge Díez: Una vez confirmado el apoyo de todos los partidos políticos –salvo HB- a la convocatoria de manifestación contra el asesinato de Buesa y Díez, Gesto  apoyó firmemente la marcha. Sin embargo, enseguida surgieron profundas diferencias por el lema elegido por el Gobierno –Bakea behar dugu- y el propuesto por el PSE y respaldado por la familia de Buesa –Basta ya, ETA no-. No se llegó a un acuerdo y la manifestación transcurrió en dos bloques. Los miembros de Gesto por la Paz se colocaron en medio de las dos manifestaciones que se crearon, pidiendo la unidad de todos frente al terrorismo. Uno de los lemas utilizados en los carteles que portaban los miembros de Gesto por la Paz fue ‘¿Qué país queremos construir si contra el asesinato no vamos juntos?’. Días más tarde, Gesto ofreció una rueda de prensa para pedir que se reflexionara sobre la ruptura de la unidad frente al terrorismo.