Bilbao, 11 de Febrero de 2012
Manifiesto
Por fin, hemos llegado al futuro que imaginábamos desde hace tanto tiempo. Hoy, además de una intensa emoción, podemos sentir el orgullo de haber culminado este largo trayecto con la dignidad como única herramienta en nuestras manos...
Gesto por la Paz ha sido un cauce de expresión nutrido por un caudal humano y cívico de personas que hemos defendido, por encima de todo, las bases éticas del estado de derecho como requisito irrenunciable para nuestra convivencia en paz. Hemos recorrido cientos de kilómetros hasta llegar aquí, hemos guardado miles de minutos de silencio, hemos agotado las metáforas en nuestras formas de reivindicación...
... y hemos plantado cara al miedo y al terror para hacer prevalecer el valor de la vida humana y el de nuestra condición de ciudadanos libres.
Por eso, es difícil que hoy haya un colectivo más plenamente satisfecho que aquel que ha trabajado por una paz justa y necesaria. Sin embargo, desde esta cima, también es doloroso constatar las terribles e inútiles consecuencias que ha dejado el fenómeno violento en nuestro paisaje. Aunque nuestra presencia en las calles culmine hoy aquí, no podemos olvidar que miles de víctimas sentirán, ahora, que son la única verdad viva del discurso del terror. Son el efecto irreparable, el resultado sin remedio, el fruto más amargo de este árbol regado con sangre. Ellas han encarnado la parte más cruel y dolorosa del ataque que se dirigía contra nuestra libertad. Ahora, les debemos no sólo la solidaridad que, muchas veces, les negamos en el pasado, sino también su protagonismo capital en nuestra memoria y en nuestras convicciones para la construcción de una sociedad más íntegra y más humana.
A lo largo del camino que iniciamos hace ya más de 25 años, jamás hemos buscado saciar nuestra sed de libertad bebiendo en los pozos del odio y la venganza. Nuestra defensa de valores humanos y democráticos es también para los derechos de aquellos que más daño nos han infligido. Mientras tanto, quienes han ejercido y justificado la violencia tienen ante sí la obligación de transitar también por este camino. A lo largo de ese trayecto tendrán que explicar, no sólo ya al mundo, sino también a sí mismos, para qué ha servido el sacrificio de tantas vidas, desperdiciadas en las cárceles o desaparecidas en las tinieblas de su ejercicio criminal.
Ahora, es el momento de hacer valer los principios de nuestra convivencia en paz. Es el momento de olvidar la oscuridad del túnel del horror y saludar a la luz de este horizonte libre y despejado. Es el momento de proclamar que, en este pequeño lugar del planeta y en el tiempo que nos tocó vivir, fuimos capaces de articular una respuesta sencilla y pura contra el gigante del terror. Es el momento de decir que hemos recuperado nuestro nombre para la paz y la libertad. Y es el momento de comprender que, a partir de ahora, cada uno de nosotros llevará un ‘gesto por la paz’ en su vida diaria.
Hemos llegado a nuestro futuro. Es el futuro que llevábamos imaginando estos más de 25 años y, por fin, lo hemos conseguido. Culminamos este recorrido con lo mismo que lo iniciamos: la dignidad de haber hecho lo que podíamos, con lo que teníamos, allí donde estábamos.
¡ Y, HOY, EL FUTURO ES NUESTRO PARA SIEMPRE !!!
Muchas gracias