A partir del anuncio de un nuevo “alto el fuego permanente” de ETA el 23 de marzo de 2006, Gesto por la Paz insistió de manera especial en la deslegitimación de la violencia y en la apelación, clara y rotunda, a ETA y a su entorno sobre la responsabilidad intransferible que tenían en el final, sin condiciones, de la trágica historia de violencia que protagonizaban desde décadas atrás. Estos principios se presentaron en una rueda de prensa de julio de 2006, en la que, además, se alertaba de que la falta de consenso entre los partidos políticos debilitaba al propio Estado de derecho.
Eran años en los que ya se podía afirmar que el terrorismo de ETA estaba en su etapa final, pero paradójicamente existía un preocupante clima de crispación entre las fuerzas políticas. Gesto por la Paz consideró que era necesario realizar un impactante llamamiento a la búsqueda del consenso e insistir en que eran ETA y su entorno los responsables del final de la violencia. En este sentido, lanzó el manifiesto ‘Porque es nuestro derecho, paz y libertad. ETA, ez’ sobre el que se recogieron muchas adhesiones (marzo 2007).
Asimismo, la reivindicación de la deslegitimación de la violencia se recogió en un documento en julio de 2008. Esta petición englobaba los principios fundamentales de la trayectoria de Gesto por la Paz, que se resumían así:
En el contexto del final de la violencia, Gesto por la Paz insistió en todo momento en la responsabilidad de la denominada izquierda abertzale por su connivencia con la estrategia de la violencia y en la necesidad de realizar una revisión crítica del pasado y un reconocimiento del daño causado.