Las manifestaciones de enero

Todas las manifestaciones en torno al aniversario de la muerte de Gandhi

En 1988, los 23 grupos que integraban la Coordinadora Gesto por la Paz entonces decidieron añadir un nuevo elemento a la movilización social a favor de la paz. Nació, así, la manifestación en torno al aniversario de la muerte de Gandhi que, a partir de aquel momento y durante 24 años, no dejó de celebrarse entre la plaza del Sagrado Corazón y el Ayuntamiento de Bilbao. Sólo en 1991, se sustituyó por la celebración de una cadena humana en Pamplona. Era otro instrumento que se ponía a disposición de la sociedad vasca y navarra para la consecución de la paz.

La elección de la fecha obedeció a un deseo deliberado de difundir la idea gandhiana de que ‘no hay caminos para la paz, la paz es el camino’. Se trataba de invitar a la sociedad a desplegar un modelo pacífico y democrático en su trabajo por la paz, a la vez que se intentaba hacer ver a quienes ejercían y justificaban la violencia que ningún fin merece medios violentos. 

La manifestación tenía unas características muy similares a las de los gestos: se realizaba también en silencio y no se exhibían más mensajes ni símbolos que los propios de Gesto por la Paz: la pancarta correspondiente a la manifestación y las pancartas de los grupos venidos de todo el País Vasco y Navarra.

La diferencia de la manifestación con los gestos era -además del movimiento-, por un lado, que se celebraba independientemente de que hubiera acaecido un hecho violento o no y, por otro lado, que propiciaba un encuentro de todos los grupos de Gesto por la Paz que, habitualmente, trabajaban dispersos, cada uno en su barrio, localidad o centro de enseñanza. Al no estar vinculada a un acontecimiento concreto, la manifestación se convertía en una ocasión propicia para reivindicar unos contenidos más amplios que la mera repulsa por la muerte violenta.

Así pues, los principales mensajes de Gesto por la Paz en estas manifestaciones siempre contuvieron, además del rechazo a la utilización de medios violentos y el deseo de hacer posible la convivencia en paz, un espacio para la memoria de las víctimas –especialmente las que se habían producido el año anterior-, un lugar para la defensa de los derechos humanos, incluso para quienes no respetan los de otros, y un llamamiento a las fuerzas políticas para que mantuvieran la unidad frente a la violencia.

La realidad es que las manifestaciones más numerosas fueron las que estuvieron precedidas de crímenes (asesinatos o secuestros) como la de 1992, cuando ETA perpetró una serie de atentados mortales en enero como inicio de campaña para el año de las olimpiadas y la exposición universal; la de 1995, cuando fue asesinado el político Gregorio Ordoñez pocos días antes; la de 1996, cuando estaban secuestrados José Mª Aldaia y José Antonio Ortega Lara; o la de 1998, cuando fueron asesinados en Sevilla el concejal Alberto Jiménez Becerril y Asunción García Ortiz. El resto de las manifestaciones y, sobre todo, las de los últimos años fueron secundadas, prácticamente, sólo por los propios integrantes de los grupos de Gesto por la Paz, que siguieron celebrando su encuentro anual en la calle hasta el año 2012, cuando ya dieron por concluida esa necesidad tras el deseado anuncio de ETA de poner fin definitivamente a su actividad armada. Todos los partidos políticos, excepto la izquierda abertzale, apoyaron y secundaron prácticamente casi siempre estas convocatorias. Solo en 1999 y 2000, el apoyo de algunos partidos fue tibio o inexistente.

Powered by
Logotipo Sarenet S.A.
Gesto por la Paz
Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria